Esta soy yo: la hija de Natalia Pinedo, soy la chica que se crio sin padre, soy la chica que vive en una casa rodante, soy la chica que se enamoró de un hombre, soy la que fue traicionada, soy la que perdió un concurso de canto. Soy Maía Pinedo la que odia a Azul y a todo el mundo pero todos los días me pregunto, ¿Cómo sería Maía Ulloa? ¿Qué sería de mi si hubiera crecido con un padre a mi lado? Si hubiera sido Maía Ulloa, ¿Cómo sería mi vida? ¿Viviría en una casa rodante? ¿Odiaría a todo el mundo? ¿Quién sería si mi primer y único amor no me hubiera traicionado? ¿Quién sería si hubiera ganado el concurso? ¿Sería feliz si fuera exitosa? ¿Si fuera exitosa no estaría triste? Si hubiera cumplido mi sueño, ¿Quién sería ahora? ¿Quién sería yo si ella no existiera? ¿Quién sería yo si hubiera sido otra? Si hubiera estado en el momento indicado, ¿Qué habría pasado? No es la incógnita del futuro lo que nos atormenta sino de la que hubiera pasado si todo hubiera sido distinto, ¿Cómo sería mi vida si yo hubiera nacido en otro lugar, otro país? Si yo hubiera sido huérfana, si yo no tuviera un padre ausente sino muerto, ¿sería feliz si hubiera tenido una madre feliz?
Cuando tomamos una decisión es inevitable pensar que hubiera pasado si hubiéramos decidido otra cosa, vivimos divididos entre lo que elegimos y lo que hubiéramos podido elegir, estamos llenos de nostalgia de lo que hubiéramos podido ser. Siempre pensamos que es mucho más feliz del que hubiéramos sido si no fuéramos el que somos. Somos una entre las tantas posibilidades de lo que hubiéramos podido ser, si queremos ser lo que hubiéramos podido ser entonces hay que hacer correcciones. Sin duda yo hubiera sido otra más feliz si no hubiera tenido esta madre y eso es lo que tengo que corregir. Mi madre dice que hubiera sido feliz si yo no hubiera nacido, yo digo que yo serie feliz si ella no estuviera viva. Ya me canse de llorar por no ser la que hubiera podido ser, hoy quiero ser. Si mi vida hubiera sido esta, si esta hubiera sido mi casa, si esta hubiera sido mi ropa, si esta hubiera sido yo, si ellos me amarán a mí, ¿me sentiría tan sola como ahora? ¿Odiaría como odio si hubiera sido amada? Todos tenemos un personaje asignado en este gran teatro que es el mundo. Vivimos pensando cómo sería si nos hubiera tocado otro personaje, aunque nos pongamos su vestuario o repitamos sus diálogos no podemos ser ese personaje que hubiéramos querido ser. No somos ni la sombra del que hubiéramos querido ser ni la esperanza del que podríamos ser, estamos condenados a ser el que somos. Cuando no te sentís feliz con quien sos y te lamentas por el que hubieras podido ser tenes solo dos alternativas o matas al que hubieras podido ser o matas al que sos.
Ian y Maía me ayudaron a comprender la lógica temporal en la que están atrapados los humanos, los seres de luz somos presente, somos este instante que acontece pero los humanos no, ellos están hechos de condicional compuesto o de futuro imperfecto. El futuro es imperfecto porque es impreciso, improbable, nadie puede afirmar lo que será porque no sabe siquiera si será. El condicional compuesto supone una condición: “Que hubiera pasado si…” pero ese si hipotético tampoco existe, no existe lo que debiera ni lo que podría ser solo existe lo que es. El ser se define por el hacer, el que es hace, el que no hace hubiera podido ser. Es la acción lo que te saca de la inercia de la angustia, si hubieras querido ser cantante abrí tu boca y canta. Algo roto angustia arreglarlo da alegría, el hombre de acción no llora por lo que no fue hace. Con Maía aprendí la diferencia entre melancolía y nostalgia, nostalgia es de lo que fue, melancolía es de lo que no fue. Lo que no fue no se puede cambiar, lo que será no se puede conocer, lo que es el presente es todo lo que tenemos. El pasado es inalterable, el futuro es intocable de modo que estamos condenados al presente pero la buena noticia es que el presente se puede transformar, solo el presente. Nos guste o no somos solo presente, presente que solo puede transformarse con amor.